40 años de punk en Inglaterra, de la rebeldía a la aceptación

“Ramones forever!”, le gritó C. J. Ramone a una gran muchedumbre que abarrotó el Rebellion Festival a inicios de este mes. La audiencia rugió brevemente a través del mar de mohicanos color rosa neón, púas amarillas en el cabello y más de unas cuantas cabezas calvas.

Este verano se cumplen 40 años desde el 4 de julio en que los Ramonesvolaron a Londres y tocaron en un concierto en el Roundhouse en Camden, un evento que muchos citan como el momento en que el punk rock arrancó en el Reino Unido.

Un mes antes, un grupo londinense poco conocido llamado los Sex Pistols había tocado en el Lesser Free Trade Hall en Manchester. Se ha dicho que solo había una decena de asistentes, pero todos salieron y comenzaron una banda.

“Ya he dicho esto antes, pero lo diré de nuevo”, dijo Steve Diggle de los Buzzcocks en una entrevista reciente, mientras bebía una cerveza Guinness en Londres. “Si Jesucristo nació en Belén, el punk británico nació en Manchester en ese toque”.

El aniversario de ese verano se está celebrando en Punk London, una serie de exposiciones, conferencias y conciertos que se presentarán durante este año en toda la ciudad; la oficina del alcalde y la Lotería Nacional apoyan los eventos. Este respaldo institucional de un movimiento contestatario ha provocado escepticismo, algunas burlas e incluso algunos moderados actos de resistencia, lo que quizá prueba que el espíritu rebelde del punk no se quedó en los libros de historia del rock.

“Escuchamos nuestra canción en BBC News”, como parte de las celebraciones del aniversario, dijo Noel Martin, de 61 años, integrante de la banda Menace, que se formó a mediados de los setenta. La canción “G.L.C.”, que significa Greater London Council, se dirigía al gobierno de la ciudad, cuyos miembros conservadores habían exigido la prohibición de los conciertos de punk. “La BBC prohibió esa canción hace 40 años, ¿cómo es que la están poniendo ahora?”

En marzo, Joe Corré, el hijo de la diseñadora Vivienne Westwood y Malcolm McLaren, juró que quemará su colección de objetos punk valorada en 5 millones de libras (cerca de 6,46 millones de dólares) por lo que él considera como la apropiación del movimiento (el evento, que está planeado para este otoño, rápidamente fue añadido al sitio web de Punk London).

En julio, la cantante Viv Albertine de la banda Slits visitó la Biblioteca Británica para asistir a una charla relacionada con Punk London. Mientras estaba ahí, pasó por la exhibición de la historia del punk para garabatear los nombres de mujeres de bandas punk en los letreros de la exposición.

“¿Y las mujeres qué?”, escribió en un letrero. Tachó los nombres de grupos punk de hombres y los remplazó con los de bandas femeninas como Siouxsie and the Banshees y X-Ray Spex.

Los conciertos del verano de 1976 resultaron ser una prueba: en los meses que siguieron, el punk se metió en la conciencia de todo el Reino Unido. The Clash, los Buzzcocks y Damned tuvieron la atención de todo el país. Los Sex Pistols se convirtieron en la sensación de los tabloides por su comportamiento salvaje y sus letras que probaban los límites de todo, en especial la canción “God Save the Queen”, una diatriba antimonárquica en la que sugerían que la reina era la dirigente de un “régimen fascista”.

La reacción de los medios noticiosos fue veloz: algunas canciones de los Sex Pistols, entre ellas “Queen” y “Anarchy in the U.K.”, fueron censuradas por la BBC y, después de que los miembros de la banda escupieran y gritaran a los empleados del Aeropuerto de Londres, los Pistols fueron despedidos de EMI, su disquera.

Los Sex Pistols se separaron de manera espectacular meses después, pero los Ramones estuvieron juntos durante otros 20 años (C. J. Ramone se unió a la banda a finales de los ochenta).

Los fanáticos y músicos del Rebellion Festival en Blackpool, una ciudad turística en la costa de Irlanda, señalaron la incongruencia de las instituciones que ahora aceptan el punk rock, pero también dijeron que la escena actual del punk británico es vibrante y está creciendo.

“Todas las semanas vamos a toques en Manchester, Birmingham”, dijo Graham Norris, de 51 años, mientras comía un hot dog en el primer día del festival.

La alineación de este festival reflejó el espíritu intergeneracional: bandas experimentadas como Agnostic Front y los Buzzcocks compartieron el escenario con otras más nuevas como Youth Man y Angry Itch.

Afuera del recinto principal, un grupo de jóvenes punk se reunieron para fumar y tomar. Un joven músico llamado Connor MacPherson, de 18 años, cuya banda los Antiseptics tocó en el Roundhouse para conmemorar el aniversario del concierto de los Ramones, dijo que el espíritu del punk es muy oportuno ahora que los conservadores controlan el gobierno británico.

MacPherson, quien se describe como un “socialista con tendencias anárquicas”, obtuvo una respuesta entusiasta del público cuando atacó a David Cameron, el exprimer ministro.

“Tenemos un gobierno al que no le importa la juventud, no le importa la clase trabajadora”, dijo. “Necesitamos el punk más que nunca… necesitamos el punk más que en 1977”.

Simon Reynolds, de 50 años, y su hijo Oscar de 15, tomaron un tren de Londres a Blackpool. Reynolds comenzó a escuchar punk a principios de los ochenta. Oscar, con el cabello verde y una camiseta que tenía la imagen de la banda Gnarwolves, dijo que hace unos ocho años se interesó en el punk, gracias a la patineta y a su padre. Comentó que valora la solidaridad hacia la clase trabajadora, y que también le gusta que la música sea diferente de lo que escuchan sus amigos.

Cuando le preguntamos si alguna vez se sentía extraño por pertenecer a la misma cultura musical que su padre, por un momento se mostró incrédulo. “No, no”, dijo con una carcajada, antes de ponerse serio y agregar: “Mi papá es lo máximo”.